UNA INFANCIA DE MENTIRAS Y DOBLE MORAL

La infancia de Theodore (Ted) Bundy estuvo marcada por una gran mentira. Sus abuelos asumieron la identidad de auténticos progenitores para ocultar una maternidad inmoral ante la sociedad. Una protección moral paradójica, considerando los actos que se desarrollaban en el interior del falso hogar: su abuelo era un hombre violento, aficionado a la pornografía y al maltrato humano y animal, actitudes que no escondía ante los ojos de su hijo/nieto.



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